Estudiantes de la Escuela de Salud han preparado a 80 personas para ejercer este oficio de forma segura.
En una nueva versión del conversatorio Vinculados a Otro Nivel, se destacó contribución lograda por el “Programa Formación de Cuidadores de Personas Mayores”, proyecto de vinculación con el medio (VCM) desarrollado en colaboración con la Municipalidad de Maipú, como parte de las iniciativas del programa Fomento a la Empleabilidad de AIEP.
La acción fue implementada en 2022 y tuvo a estudiantes y docentes de la Escuela de Salud como protagonistas. Juntos han enseñado a 80 vecinos de la comuna a ejercer de forma segura y adecuada este oficio, tanto desde el plano laboral como en el cuidado no remunerado a familiares.
“El proyecto se alinea con los planes estratégicos comunales, Maipú es una de las comunas con mayor número de personas mayores. En Chile hay más de 600 mil personas que requieren cuidados de terceros, y entre quienes ejercen labores de cuidado un 85% son mujeres”, comentó Nicolás Galgiardi, director nacional de Vinculación con el Medio.
Desde el Departamento de Cuidados de Personas Mayores del municipio, su directora, Marcela Vargas Leyton, valoró la experiencia conjunta. “El éxito ha sido rotundo. Lo que hacemos es entregar formación a cuidadores formales e informales. El año pasado logramos tener una cobertura de 80 cupos y este año vamos por las 40 personas. Quienes ejercen el rol de cuidados, requieren herramientas optimizar su labor y tener espacios de autocuidado, considerando la sobrecarga que puede generar el cuidado de personas mayores”, expresó.
Agrega que “a propósito de este curso, hemos podido generar otra acciones, como operativos, ferias de servicios, espacios de formación o capacitación, ha sido beneficioso para las personas mayores y también funcionarios municipales”.
Por su parte, Carlos Arellano, del mismo departamento municipal, destaca: “La particularidad que tiene este proyecto es que es certificado y gratuito, eso lo acerca a vecinos de baja condición socioeconómica”.
LOS PROTAGONISTAS
Son 20 estudiantes los que forman parte de este desafío. Uno de ellos es Juan Pablo Rivera, de la carrera Técnico en Enfermería. Afirma que “ha sido un proceso enriquecedor”, en cuanto a la interacción con la comunidad y el fortalecimiento de competencias.
“No solo he retomado materias pasadas, sino que también podemos ponernos en los pies de los cuidadores y cuidadoras, entregándoles mejores herramientas. Nos cuentan sus historias, se dan cuenta de que hay personas que están pasando por lo mismo. Se genera empatía, lazos, es lo más enriquecedor que he podido vivir en mi proceso académico. Me beneficia como profesional y como persona”, asegura.
Por su parte, Margarita Latorre Castañeda, beneficiaria de las capacitaciones, cuenta que ingresó al programa desde la Casa del Adulto Mayor de la municipalidad, ya que cuida a su padre, experiencia en la que sintió que necesitaba adquirir herramientas y conocimientos para hacerlo mejor.
“Aprendí técnicas que me han servido y me han aliviado la carga. Ha sido gratificante, me siento contenta y agradecida. No me he lesionado, he tenido mejores momentos con mi padre, cuidar a una persona con Alzheimer es difícil. Me siento con capacidades, ahora trabajo con el adulto mayor, me pagan bien. A todas las personas que tengan la posibilidad de hacer el curso, que lo hagan”, comenta.
PERTINENCIA TERRITORIAL
En relación a la génesis del proyecto, la jefa de escuela, Karina Álvarez, cuenta que nació en un contexto de confinamientos, que agudizaron e hicieron más visible las brechas en cuanto al rol del cuidador.
“Maipú tiene más de 90 mil personas mayores. Junto a nuestros socio comunitario visualizamos la misma necesidad, así surge este programa, financiado desde los Fondos Concursables de Vinculación con el medio, dando respuesta a la situación de personas que se vieron obligadas a asumir esta responsabilidades de cuidados”, explica, afirmando que “se hizo además para ir fortaleciendo la red de cuidados que hay dentro de la comuna”.
“En la segunda versión se incluyeron personas formales que estaban trabajando como cuidadoras o auxiliares dentro de los ELEAM (establecimientos de larga estadía para adultos mayores), se les invitó a participar para que tuvieran una formación en el cuidado. Esa fue la brecha que tenía la comuna”, añade.
Al ser consultada por los principales desafíos, responde: “Uno de los principales refiere a los cupos que vamos brindando. En cada versión abrimos 40 cupos. Ha tenido tan buena aceptación que siempre queda algún porcentaje o número rezagado. Ya vamos en la tercera versión del programa”.
Finalmente, expresa: “Estos beneficiarios también traen una carga emocional importante. Tenemos que hacer también contención emocional. En la dinámica de grupo se dan cuenta que es un sentimiento que les nace a todos”.