Estudiantes lideraron talleres e intervenciones para su empleabilidad y calidad de vida.
Mejorar la calidad de vida de los usuarios de Fundación Casa Narareth ha sido el principal objetivo de la Clínica Estética Social de AIEP Puerto Montt, que desde agosto de este año trabaja con personas del recinto, promoviendo su autoestima y acceso al mundo del trabajo con distintos talleres e intervenciones.
Son 40 personas las que se han visto beneficiadas con estas acciones, quienes tienen entre 18 y 59 años, se encuentran en situación de calle o discapacidad y en un 85% de encuentran desempleados. Para conocer su realidad e implementar estrategias ha sido clave el trabajo de estudiantes y docentes de las escuelas de Desarrollo Social, Estética Integral y Salud.
“Se hizo un levantamiento y luego comenzaron los talleres. Para nosotros esta iniciativa es de gran relevancia. Buscamos transformar realidades de nuestro entorno cercano, generando cambios significativos en la calidad de vida de los usuarios de Casa Nazareth, pero también en nuestros estudiantes quienes son los protagonistas de este proceso, fortaleciendo diferentes competencias y su perfil de egreso”, comenta Roberto Urtubia, director de AIEP Puerto Montt.
Comunidad AIEP en acción
La iniciativa es financiada a través de los Fondos Concursables de Vinculación con el Medio, como parte de las actividades del Programa de Fomento a la Empleabilidad. Su implementación también fue facilitada por un convenio firmado entre AIEP, Fundación Casa Nazarerth y la Seremi de Desarrollo Social de la región.
“Esta actividad es muy relevante debido a que nuestros estudiantes son capaces de aplicar los contenidos vistos en el aula, generando un impacto en la comunidad. Además, logran percibir que si bien como profesionales del área estética generamos cambios a nivel superficial, este resultado tiene un impacto directo en el autoestima de las personas, que les permite fortalecer sus habilidades personales, incluso insertarse en el mundo laboral”, cometa Valentina Rodríguez, jefa de Escuela Estética Integral.
Desde la Escuela de Desarrollo Social, Michelle Cepeda, estudiante de la carrera Técnico Asistente en Educación Especial, también comparte su testimonio. “Fue una experiencia muy emotiva e inspiradora, donde trabajamos con las emociones, la lectoescritura y las habilidades sociales. Esto, para favorecer una vida independiente de cada uno de ellos, una mejor vida, y lo importante de esto es que nuestra participación fue súper favorable y nuestra experiencia como curso muy entretenida”, declara.
A esto, añade: “Aprendimos bastante, tanto nosotros como los usuarios. Era primera vez que trabajamos con personas con algún tipo de discapacidad y personas adultas. Tengo compañeras que ya han trabajado con jardines o escuelas, pero jamás nadie había trabajado con personas adultas. Entonces fue una gran instancia para aprender cosas nuevas. Me siento muy agradecida y estoy segura que mis demás compañeros también por esta gran instancia y oportunidad que se nos dio”.
Por su parte, Andrea Soto, jefa de Escuela Salud, también entrega su perspectiva sobre la experiencia vivida por sus estudiantes.
“Esta iniciativa impactó de manera importante a nuestros estudiantes, ya que no solo hubo un crecimiento en lo académico, sino que también en lo personal. Generó un golpe de realidad al poder visualizar las necesidades que tiene la comunidad y cómo cada uno de ellos puede aportar desde su área. Los usuarios de casa Nazareth recibieron por parte de nuestra escuela intervenciones de los estudiantes de Técnico en Odontología y Técnico en Enfermería, quienes realizaron acciones preventivas y educativas que aportan a generar conocimientos y habilidades para el desarrollo personal de los usuarios”, explica.
Experiencia del socio comunitario
En representación de Residencia Casa Nazareth Solange Roa, profesional del centro, comparte su perspectiva sobre esta iniciativa de vinculación con el medio.
“Estamos muy contentos de que nos hayan considerado como residencia. Esto es de gran beneficio para nuestros usuarios. Les ha permitido conocer a otras personas, poder convivir, conversar, ser parte de la sociedad, aumentar su autoestima y tener la capacidad de decidir sobre ellos”, comenta.
También destaca la buena actitud de los usuarios para disfrutar de cada intervención y taller: “Estaban muy contentos. Cuando les hablamos sobre alguna actividad esperan con ansias ese momento, tienen muy buena recepción en todas las actividades que se realizan, son muy acogedores. Estamos muy agradecidos”.