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Militar en retiro, aficionado al trekking de montaña, amante de la lectura, padre de cinco hijos y abuelo de seis nietos. Así se presenta Armando Cárdenas Cea (71) desde el sector de La Negra, a 39 kilómetros de AIEP Antofagasta, donde se forma para titularse como Técnico Jurídico.

No representa los años vividos, pero es consciente de que son estos los que lo han construido como persona. “Soy un poco de todo lo que he encontrado en el camino”, afirma, un camino diverso que ha recorrido con tenacidad y fe inquebrantable. Él lo resume de la siguiente forma.

“Estudié en colegios católicos y públicos en Valdivia. Hice mi servicio militar e ingresé al Ejército, donde estuve 20 años. Retirado, decidí iniciar una nueva etapa y estudié comercio exterior. Trabajé en diversas empresas, en Santiago y ahora en Antofagasta, en una firma nacional e internacional donde realizo operaciones comerciales en venta de servicios logísticos y transporte”, cuenta.

Sabe que su caso es un ejemplo, o al menos así se lo hace saber su entorno, desde donde lo han contactado para dar charlas motivacionales a la comunidad antofagastina. Lo toma con alegría y humildad.

¿Por qué decidió estudiar nuevamente?

Me gusta estudiar, aprender y fortalecer mi vida, y obvio, la cultura jurídica ayuda mucho en los negocios. Mi mayor motivación es potenciar mi vida en el ámbito cultural y fortalecer mi capacidad cognitiva. La vida de un adulto mayor debe ser activa, teniendo como base la experiencia, sabiduría y conocimiento. Desde los sobres de mi juventud me relacioné con la lectura, el agente de desarrollo más poderoso es el libro.

Trabajar y estudiar es algo desafiante… ¿Cómo lo lleva?

Llego a clases como sea, aun con obstáculos. Hace poco tuve un accidente laboral e iba con mi mano vendada a clases, iba igual. Esperaba a algún bus o Uber que saliera del terminal de Antofagasta hasta La Negra. Me gusta cumplir con mi ideal, soy idealista, como Don Quijote (risas). Como dijo el sabio Salomón, todo lo que puedas hacer hazlo de acuerdo con tus fuerzas… y así es.

¿Cómo ha sido su experiencia en AIEP?

Me hace feliz estudiar y aprender, y obvio, eso da un valor agregado a mi vida de adulto mayor. Estoy muy contento de interactuar con nuevas generaciones, en este caso, estudiantes y también el cuerpo docente de AIEP.

¿Cómo es la interacción con ellos?

Hay diferencias generacionales, pero nos relacionamos de forma amistosa. Tengo compañeros de 20 años. Hay compañerismo, algunos me dicen Armando, otros Don Armando. Me gusta más el primero, porque me siento más integrado cuando me llaman por mi nombre de pila. Soy cordial, jovial y respetuoso ante las diferencias de opinión y de generación.

¿Qué ha sido lo más desafiante?

Lo más desafiante ha sido la parte informática, pero lo he superado con consultas a profesores y a la jefa de escuela. Cuando las tareas se hacen en equipo me siento más en confianza. Cuando hay evaluaciones orales no tengo inconvenientes. Tengo prestancia, salgo adelante y expongo frente a mi curso.

¿Le ha ido bien?

En mis notas me ha ido bien. Cuando he sacado notas menores las he superado con estudio y dedicación, aprovechando bien el tiempo, que es un activo que sé aprovechar, hay tiempo para todo siendo ordenado y teniendo interés.

¿Cómo se proyecta?

Quiero tener una base jurídica para estudiar derecho. Eso me interesa, en eso estoy y en eso avanzaré, derribando los paradigmas que la sociedad impone y exige hoy al adulto mayor.

 



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