Aa
Aa
MENÚ

Buscador

Implementaron sala tecnológica en el Barrio Manuel Rodríguez, junto con la comunidad.

Conectar la creatividad de estudiantes de educación superior con las necesidades de distintos barrios de la ciudad de Antofagasta es lo que busca el «Desafío Ciudad», concurso de innovación social que este año tuvo como flamante ganador a un grupo de estudiantes AIEP.

Pertenecen a la carrera Ingeniería en Operaciones Logísticas -Escuela de Negocios- y desde diciembre trabajaron en la implementación de su proyecto, denominado “Juntos por Manuel”.

En este, Giovanni Atero, Rossana Bañados, Lesly Monje y Evelin Muñoz quisieron aportar a la calidad de vida del Barrio Manuel Rodríguez, labor que ejecutaron de forma destacada, permitiéndoles ser el proyecto ganador.

“Su problemática era la falta de comunicación y coordinación entre los vecinos y la directiva del barrio. Nos reunimos con ellos, recabamos antecedentes para formar un diagnóstico en el que identificamos que la junta de vecinos usaba una metodología de interacción antigua, como el puerta a puerta y pancartas. Gran parte de la población del barrio es adulto mayor”, explica la estudiante Lesly Monje.

Así nación la propuesta de implementar una sala tecnológica en la sede del barrio, equipada con todo lo necesario para acceder a navegación por internet, plataformas digitales y programas básicos para crear, editar y compartir documentos. “la finalidad era que fuese una sala de capacitación para la comunidad”, añade.

Codo a codo con la comunidad

Trabajaron con voluntarios del barrio, todos jóvenes entre 15 y 17 años, a quienes capacitaron durante un mes para que sean monitores tecnológicos. “Potenciamos sus competencias digitales y quedaron todos a un mismo nivel. Gracias a esto, están preparados y capacitados para entregar asesorías a adultos mayores del sector, en la nueva sala tecnológica”, cuenta la estudiante.

Junto con esto, añade: “Creamos un WhatsApp comunitario informativo, también las redes sociales del barrio. Ahora la junta de vecinos puede compartir con la comunidad toda la gestión que realizan, ya hicieron sus primeras publicaciones, convocatoria a un operativo de salud en la sede y la pronta finalización de la remodelación de su cancha deportiva”.

La iniciativa favorece la integración social de cuatro grupos etarios: niños, adolescentes, adultos y adultos mayor. En terreno comprobaron que fue un gran acierto planificar de esta forma una iniciativa que desde ahora pasa ejecutada autónomamente por el barrio.

“El día de la inauguración de la sala, vimos que el deseo y la necesidad de aprender no era solo de los adultos, también de los niños y adolescentes, por lo tanto, dimos solución a una problemática transversal. Los jóvenes voluntarios, gracias a su rol de monitores, son el corazón del proyecto, ellos seguirán motivando a más jóvenes vulnerables a seguir sus pasos. Comenzamos con 3, ya son 4, y así seguirá creciendo esta red de apoyo, ellos ayudarán a su comunidad, ¡y su servicio comunitario los mantendrá alejados de vicios y delincuencia!”, dice Lesly.

Un proyecto nacido en el aula

El proyecto tuvo su génesis en una actividad académica. En ese contexto, eligieron un barrio para implementar una solución, generando un diagnóstico del problema, contextualizando, definiendo objetivos y desarrollando una cadena de valor. Esta experiencia previa favoreció la posterior postulación al concurso Desafío Ciudad.

“Postularon cinco equipos o grupos AIEP, de los cuales cuatro quedaron clasificados. Aprovechado que tienen que desarrollar un proyecto en su módulo, eso mismo lo pasaron a una postulación de proyectos”, explicó en ese entonces Rodrigo Castro, docente de la Escuela de Negocios en AIEP Antofagasta, quien motivó a los estudiantes a postular.

De estos, el grupo integrado por Lesly, Giovanni, Rossana y Evelin fue el ganador. Sus sensaciones y balance final es 100% positivo.

“Es muy gratificante, somos de la Escuela de Negocios y ejecutamos un proyecto muy social. Trabajar con jóvenes en un contexto vulnerable es satisfactorio, porque se genera cercanía con ellos. También lo es saber que existe este lado social dentro de uno, aunque no haya estudiado algo relacionado con eso. Haberlo concretado desarrollando esas habilidades blandas es 100% satisfactorio, siento orgullo”, confiesa.

Finalmente, se refiere a su experiencia académica: “Todas las herramientas que nos entregó AIEP las implementamos en este proyecto y lo ejecutamos según las bases solicitadas del concurso. Más allá del primer lugar, estamos felices porque el proyecto tiene un fruto y una sustentabilidad que ya es tangible. Lo vivimos de manera presencial, es gratificante contribuir a la sociedad”


Categorías: Estudiantes , Innovación

  • Compartir:

Noticias Relacionadas