Un grupo de estudiantes de Gastronomía Internacional que se forman en AIEP Santiago Norte ha tenido una destacada participación en la preparación de colaciones en el Comedor Solidario que Fundación Comida Para Todos dispone en La Legua, barrio en el que aportan los días martes y jueves desde inicios de julio.
“Mi motivación fue netamente solidaria y con la intención de adquirir experiencias nuevas. Fui tres días. En el primero me tocó apoyar a la cocinera y el menú fue pollo al horno y arroz. El segundo día me tocó cocinar a mí. Hicimos lenteja con chorizo y luego nos tocó servir las colaciones. El tercer día el plato fue chaufa de cerdo con arroz”, comenta el estudiante Roberto Vargas.
Su compañera, Sheerly Palma, comenta que siempre quiso participar en una instancia solidaria de este tipo. “Fui varias veces, trabajamos en grupo y se conoce a mucha gente”, expresa, destacando además el volumen diario de porciones que hubo que preparar: en promedio 130 colaciones por jornada.
“Es una experiencia que aporta a nuestra formación. Manejar esos volúmenes y que quede todo bien preparado, o adaptar el menú. Por ejemplo, el día que hicimos lentejas había que servirlas en platos bajos y con tenedores, entonces tuvimos que ser creativos para que la preparación quedara un poco más espesa, como una especie de guiso”, describe la estudiante.
Elevando el espíritu
Al ser consultados sobre sus conclusiones post participación, ambos destacan la contribución espiritual y emocional de la experiencia.
“Siento que esto me hace ver la vida de distinta forma, salir un poco de la burbuja en que nosotros vivimos día a día. Hay veces en que damos por sentado todo lo tenemos y hay gente que a veces no la pasa bien y en este tipo de instancias se ve de todo un poquito, gente en situación de calle, abuelitos, niños pequeños, familias numerosas, etcétera”, dice Roberto.
Agrega que “siempre he dicho que deseo cocinar para todo el mundo, no solo para la gente que se sienta en banquetes, sino también para aquellos que se sientan en banquetas. Fue una linda experiencia y la repetiría las veces que sea necesario”, asegura.
Sheerly también entrega sus conclusiones. “Más allá de la práctica en la cocina, en términos humanos es donde uno más se enriquece. Sin duda lo repetiría. Se escuchan historias muy duras, que son un cable a tierra y te remueven. Hay niños y personas mayores que no tienen nada que comer durante el día, o gente que a veces no come porque no puede salir de sus casas por la inseguridad del barrio. Este proyecto tiene que ver con que la gente también pueda hacer comunidad dentro del comedor”, cuenta.
Perspectiva de Escuela
Desde una mirada académica la jefa de Escuela en AIEP Santiago Norte, Nicole Silva, destaca el interés de los estudiantes y su deseo de aportar a la comunidad. “Cuando recibimos la invitación de Comida para Todos, les comentamos a los estudiantes de primer año y alrededor de 16 se inscribieron voluntariamente. La invitación está hecha por si quieren continuar aportando, ya que la meta de la fundación es entregar tres mil colaciones entre julio y septiembre”, detalla.
En relación a la importancia para los estudiantes de aportar desde su saber específico a los desafíos del entorno, la jefa de Escuela expresa que “les va a favorecer enormemente”, explicando que “están acostumbrados a cocinar de forma más reducida. Ahora lo hicieron para 130 personas. El cambio es grande, les aporta práctica de técnicas y amplía su mirada social”.
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