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Para Elsa López Torres, los sueños no tienen fecha de vencimiento. A los 83 años, después de una vida de trabajo y dedicación a su familia, esta mujer de El Tabo logró titularse como Técnico en Trabajo Social en AIEP, desafiando todos los estereotipos sobre la edad y la educación. «Nunca es tarde para aprender», dice Elsa con una sonrisa que refleja profundo orgullo y gratitud.

El camino no fue fácil. Elsa había dejado la escuela temprano, “en sexta preparatoria”, en tiempos en los que las oportunidades de estudiar eran limitadas. Durante años, esa meta de regresar a las aulas se mantuvo en su corazón, pero la vida, con sus responsabilidades, postergaba su anhelo. Fue recién a los 75 años, cuando, con el apoyo incondicional de su esposo y sus dos hijos, decidió dar el primer paso y terminó sus estudios secundarios en el colegio Nehuén de Las Cruces. «Sentí que estaba comenzando de nuevo», recuerda Elsa, llena de emoción.

Y así fue. Con esa victoria en sus manos, su espíritu se llenó de nuevas aspiraciones. Sabía que aún podía dar más, aprender y aportar al bienestar de otros. Su primera idea fue estudiar Técnico Jurídico, pero rápidamente sintió que Trabajo Social era su verdadera vocación. «Lo que más quería era ayudar a la gente, y sabía que esta carrera era para mí», afirma.

Sin embargo, emprender este nuevo desafío fue complicado. Elsa visitó varias instituciones de educación superior, pero los requisitos y las listas de espera parecían cerrarle las puertas una y otra vez. Fue en 2022 cuando llegó a AIEP San Antonio, donde encontró el apoyo y la bienvenida que tanto buscaba. “Me abrieron las puertas y me dieron la oportunidad de seguir creciendo y cumplir este sueño”, cuenta. AIEP la becó, dándole el impulso necesario para avanzar con confianza y determinación.

Elsa López

Técnico en Trabajo Social, AIEP San Antonio.

"Durante mi carrera en AIEP, aparte de lo académico, aprendí a respetarme y a quererme más. Antes pensaba solo en mis deberes, pero durante estos años entendí que también tengo derechos. Aprendí a valorarme como persona".

Aprender a crecer y a quererse más

Para Elsa, los estudios en AIEP fueron mucho más que aprender teoría o técnicas. Fue un proceso de transformación personal, lleno de descubrimientos internos. “Siempre me decían: ‘¡tú puedes!’», recuerda sobre las palabras de sus docentes y compañeros. Esas frases de ánimo, que escuchaba en cada clase, fueron el motor que necesitaba para avanzar, incluso en los días difíciles.

«Aparte de lo académico, aprendí a respetarme y a quererme más», reflexiona. «Antes pensaba solo en mis deberes, pero durante estos años entendí que también tengo derechos. Aprendí a valorarme como persona». Su experiencia de aprendizaje no solo le ha permitido trabajar en lo que le apasiona, sino que también le ha dado herramientas para ver el mundo de otra manera.

Hoy, Elsa trabaja en un condominio para adultos mayores en Las Cruces, realizando tareas de apoyo administrativo, después de haber completado su práctica en la Municipalidad de El Tabo. Su labor le da una satisfacción profunda. «Me siento realizada cuando hago las cosas bien», dice con modestia y una paz que solo quienes han cumplido sus sueños pueden comprender.

Con 83 años, su título como Técnico en Trabajo Social y un inquebrantable deseo de seguir creciendo, Elsa López sigue caminando hacia adelante. «No es solo por tener un diploma», aclara, «es por sentir que sigo aprendiendo y puedo aportar algo al mundo. Eso es lo que en verdad busco”.

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