El uso de la tecnología como herramienta metodológica para la formación de sus estudiantes. Es lo que ofrece la Escuela de Salud de AIEP en los planes de estudio de sus carreras de Técnico en Enfermería de Nivel Superior (TENS), donde el proceso de simulación clínica se ha vuelto relevante y uno de los sellos diferenciadores de los titulados de nuestra institución.
Las 25 sedes de AIEP entre Calama y Castro cuentan con el equipamiento necesario para la adquisición de competencias elementales para la atención de salud, con la infraestructura adecuada para la implementación del proceso de simulación que pone el foco tanto en el desarrollo de las habilidades técnicas como en las no técnicas de los estudiantes.
“La simulación clínica tiene una estrategia que se centra en dos grandes etapas: la de habilidad, en la que el estudiante desarrolla actividades en las que aprende en forma aislada procedimientos como toma de presión arterial, toma de signos vitales, hechura de una cama, atención propia del paciente en cama, etcétera. Y, por otro lado, tiene otra etapa más potente y que da la línea del desarrollo de aprendizaje, que se llama escenarios”, asegura la directora de la Escuela de Salud de AIEP, Tatiana Soto.
¿Y qué es un escenario? “Es la vivencia de un caso clínico. Elaboramos casos clínicos propios, actualizados, que los traen también nuestros propios docentes que están ligados al mundo laboral y trabajando todos los días frente a los pacientes. Con ellos elaboramos casos clínicos atractivos y pautas de trabajo que potencian el desarrollo y las competencias de los estudiantes”, explica.
La docente y directiva resalta también que estos escenarios simulados constituyen un eje formativo para nuestros estudiantes y da detalles del proceso. “Los escenarios se desarrollan por etapas. Primero hay una etapa de preparación, luego otra en la que, con guiones de trabajo, pacientes simulados y hasta la simulación de los familiares del paciente, los estudiantes actúan una escena mientras los compañeros observan a través de una pantalla o a través de un vidrio espejo desde nuestra sala denominada de Debriefing”, narra.
“Al terminar la escena simulada, la tercera etapa y final se activa en esta sala, donde se reflexiona sobre todo lo que acaba de ocurrir. El docente desarrolla esta instancia para lograr el objetivo del escenario. En esta etapa se sabe qué competencias quiere desarrollar y enfoca los análisis en ese sentido”, dice también Soto. “Acá es donde el estudiante aprende. Y lo hace sobre la base del error. A veces, incluso, se elaboran escenarios con errores, para que después el estudiante sea capaz de evaluar y detectar dónde estaba el error”, detalla igualmente la directora de la Escuela.
Vivir la vocación desde el primer día
Y como parte de la estrategia formativa del área la simulación clínica es un elemento presente en todas las sedes del país y desde el primer semestre para los estudiantes de Técnico en Enfermería y sus siete menciones: Instrumentación Quirúrgica, Anestesiología, Ginecobstetricia, Oncología, Pediatría, Salud Mental y Urgencia.
“La entrada a nuestros laboratorios parte inmediatamente desde el primer semestre. Tener la posibilidad de que el estudiante pueda tocar y evidenciar simuladamente infraestructura, insumos que va a utilizar, da más certezas de que las competencias se van a desarrollar”, expresa Tatiana Soto, destacando que nuestros estudiantes aprenden los aspectos prácticos de su carrera desde el día uno.
En el proceso de simulación clínica los estudiantes pueden experimentar situaciones que vivirán luego en la realidad durante el ejercicio de sus carreras, por lo que el manejo emocional también se vuelve determinante.
En ese sentido, la simulación clínica sirve igualmente, además de para aprender y desarrollar habilidades propias del ejercicio profesional, a gestionar emociones y actuar con empatía frente a los pacientes para adquirir el sello profesional diferenciador que persigue la institución.
“Acá los estudiantes se transforman en agentes sanitarios. AIEP se hace cargo de eso, con buenas instalaciones para desarrollar habilidades técnicas y no técnicas. Lo único que hace falta de parte de los estudiantes o futuros estudiantes es la vocación. Acá hay vocación de servicio: somos profesionales para el servicio al otro. A eso nos dedicamos. Y en ese andar de formalizar esta vocación es vital la simulación clínica, porque ahí sí sé cómo voy a llevar a buen puerto mi vocación”, puntualiza la máxima autoridad de las carreras de salud de AIEP.
El equipamiento disponible para nuestra comunidad, en tanto, es también un aspecto que hace la diferencia. Desde el punto de vista de Tatiana Soto “este proceso es una ventaja comparativa para nuestros titulados”.
“En AIEP nos preocupamos de tener un titulado seguro, con mano segura, con una actitud segura, amable y atento con los pacientes. No nos preocupamos solamente de los titulados, sino también de que los futuros pacientes sean bien atendidos y protegidos. Todos podemos caer en manos de estudiantes de AIEP y, si eso ocurre, debo tener la certeza de que es un profesional bien formado”, sentencia.
Gracias a la tecnología los estudiantes experimentan con situaciones que vivirán en centros de salud
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